En el banquete de bodas hubo un momento en que su desposada pasó al baño de damas, ---debe ser tanto champagne,---pensó el novio, el Doctor Mamerto del Amargoso, y de ahí se entregó a la contemplación de un acuario de muro completo que decoraba el salón. Sus pensamientos divagaron hacia el viaje que le otorgó el gobierno por el cual tuvo uso de un vagón privado del sistema colectivo metro.
Se casaba con la hija del presidente, y su propio suegro; el todopoderoso; como le conocían ; fué quien le sugirió hacer uso del subterráneo para despedirse de su novia; la campeona de box Máxima Cabrera , en algún lugar íntimo , donde no se hiciera escándalo, ni hubiésen los riesgos de un cuarto de hotel de desatar el dramón y destrozar todo o lanzarse por la ventana en un ataque de celos.
Desde el cristal del acuario los peces lo miraban con recelo, afirmar ésto resulta exagerado pues los peces siempre miran así. Y quien los culpa cuando han sido comidos por el hombre desde las más ignotas etapas de la historia. Para evitar que se le desarrollase alguna patología psicótica , Mamerto dió la espalda al acuario y tuvo ante sí a los invitados, que por cierto casi todos eran sus pacientes en el centro de rehabilitación de adicciones que tenía a su cargo y a donde en mala hora había conocido a su actual esposa por vía del suegro, el dictador quien tuvo como brillante solución pasar el problema de la hija a manos profesionales, y que mejor que el Doctor del Amargoso, en quien vió la salvación de su tiempo el cual ahora dedicaría de lleno a asuntos de estado, o sea acumulación ilimitada de millones y bienes. Los villanos siguen lavándose las manos siglos depués de Poncio Pilatos.
La novia por fin salió del baño acompañada por las dos enfermeras que puso él mismo para escoltarla y cuidar que no recibiera droga por parte de una de tantas invitadas que ahí se polveaba la nariz en más de un sentido.
Él recordó su reciente acto de amor en aquel vagón del metro, donde vestido con el frac de novio vertió su pasión sobre Máxima quien aún vestía la ropa del gimnasio; ahí mismo en el piso del transporte colectivo.
Definitivamente de tintes surrealistas. Pero la vida es así.
Y regresaron al baile entre la ovación de los festejantes quienes lo tenían apodado como "El cuidador del zoológico".
ENGLISH VERSION.
As the wedding banquet transpired, while his bride paused for a visit to the ladies room , the groom waited by the full wall acquarium that decorated the ballroom, and he could not avoid noticing that all the fish stared at him with an air of distrust. But fish have always stared that way. Perhaps aware of their place in the food chain, what else could they do.
His thoughts travelled to a few hours ago, when the bride's father , who also happened to be the president of his country; a dictator popularly known as "The Almighty", showed up in the rehab center where he committed his own daugther to the care of himself, Doctor Mammarius. The strongman practically ordered him to marry the girl so she would now become his problem. Villains keep washing their hands long after Pontius Pilate.
His own soon to be father in law arranged his farewell with his beloved female boxing champ, by lending him a private train car in the local subway to avoid the drama in a hotel room.
And he also remembered how he loved her goodbye dressed in his groom's penguin suit and the girl in her boxing gear from the gym. Right there on the subway'train's floor they unleashed their frustration through sex.
The bride emerged from the ladies room escorted by her female guards who made sure she didn't powder her nose with the same stuff the bridesmaids snorted. Now they went back to the dance floor where all the guests celebrated. He recognized many of them as his patients in the rehab center. They all referred to him as the zookeeper.
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Una noche inolvidable la de esa fiesta, aunque te aseguro que no habría querido estar. Tengo la sensación de que allí todo podía ser y no ser a la vez, muy surrealista.
ReplyDeleteEl nombre de los personajes caricaturizados al máximo.
Muy bueno.
Un fuerte abrazo, Carlos.
HD
Gracias Humberto por comentar.
ReplyDeleteDentro de lo surreal se da ésta fusión extraña pero posible con la realidad.
Los nombres, como ejemplo, en México conocí un policía de tránsito cuyo nombre era Tránsito Urbano.
Menuda escena, la verdad es que podría ser divertido encontrarse en una boda rodeado de adictos, seguro que animada iba a ser.
ReplyDeleteUna historia muy graciosa.
Saludos.
Excelente micro, Carlos.
ReplyDeleteTe felicito.
¡Saludos!
A mí me pasa como a Humberto, Don Carlos. Me encanta esta fiesta pero para verla de lejos.
ReplyDeleteBuena historia y muy buena construcción de los personajes.
Un abrazo,
Gracias amigos por sus lecturas y comentarios acerca de éste instante de realidad en vidas extremas.
ReplyDeletePedro y Humberto bien captaron que éste ambiente venía saturado de dolor, ninguno de los personajes gozaba de libertad. Ni el mismísimo dictador quien esclavo de su ambición vive en una vorágine de victimar al prójimo y se sumerge día con día en querer ahogar sus culpas viviendo una falsedad.
Jon y Juanito percibieron la atmósfera cómica de la premisa inicial; bien se dice :
Tragedia más tiempo,igual comedia.
Fórmula no exacta y en muchos casos es un sofisma. Me resulta difícil evitar mencionar toda la risa que traería un caso por el cual en una entrevista de televisión viéramos a Rajoy y a Belén Esteban dándose balazos.
Acercandome a ti a traves de estas lineas, deseandote una muy buena semana y compartiendo algo leido:
ReplyDelete"Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia"
Cariños
Visitandote y leyendo lo que nos entregas hoy.
ReplyDeleteRealmente parece una fiesta con seres consumistas de polvos y pastillas de diversos colores.
Parte de la sociedad actual.
Saludos