Saturday, April 6, 2013

ZOO. © Carlos de la Parra. versión ESPAÑOL---ENGLISH version--micro.

El guardia del zoológico abrió la jaula al hombre que traía la cubeta con carne fresca de caballo quien le informó que venía para alimentar a los tigres. Parece ser que éste empleado debido a estudios de nutrición animal que había llevado a cabo ultimamente; ése día entró a la reja dejando fuera los retazos y entregó su propia persona vivente a las fieras. Al aceptar las bestias su corporal oferta saltaron en grupo causando las dentelladas que la sangre disparáse chorros. Una auténtica fuente humana. Mientras la manada lo destazaba el hombre carcajeó hasta su último aliento. Tanto el guardia como los visitantes lo acompañaron lagrimeando de risas. Y es que en verdad todo fué extrañamente chistoso.
Especialmente cuando un tigre le tomó  el pié derecho, y la tigresa el izquierdo y al jalarlo lo abrieron por mitad, y el tipo con el ay ay ay pero dale al ataque de hilaridad y todos contagiados.
Los que llegaron después estaban horrorizados y se expresaron por los medios todo tipo de lamentos.
Y es que les faltó ser testigos para apreciarlo en su auténtica dimensión.
Saliendo de ahí pasé por una taquería. Pensando en la cadena alimenticia se me abríó el apetito por venir en ayunas, y en lo que me terminaba un taco de cachete, le pido al taquero que me vaya preparando uno de oreja. Y me preguntó:---¿ La quiere izquierda o derecha ?---

ENGLISH VERSION.

The guard at the zoo unlocked the cage so the man in white could feed the tigers. But to everyone's surprise he did not bring in the bucket of horsemeat, but instead he offered his own living body as breakfast and the pack jumped on him producing gushes of blood to shoot upwards in fountain fashion. The gore displayed had the added surprise that the man never stopped laughing out loud through the minutes the massacre lasted. Even when a couple of the beasts grabbed each of his feet and worked their mauling up to the thighs and both pulled back splitting him in half. But his laughter never stopped and it was contagious to all present as the victim also yelled ouches through the entire hilarious attack.
The post mortem witnesses that arrived afterwards described only the gruesome part of the event, but they all missed the funny aspect. Specially the media.
As I walked away from what I saw, I reflected on the food chain, and somehow that stirred up my appetite.
The taco place served pork tacos and as I ate one of tender cheek flavor I ordered the taco man to prepare one made with ear. He asked me . Do you want a right or a left ear in your taco?

1 comment:

  1. EXCELENTE. ESE CUIDADOR TENIA MUCHA PARANOIA. MUY CREATIVO TEXTO.
    UN ABRAZO

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