El médico llegó a la vieja casona que se alzaba imponente con vista al río,donde atendería a la señora Pietrasanta,la madre de Carlitos,el chef estrella de Buenos Aires,y quien le había invitado a cenar en su famoso restaurant:El rincón de Magaldi,el sitio de moda en el barrio de Palermo,y correspondiendo a la bonhomía de la invitación,ofreció dar tratamiento a los dolores terminales de la aristocrática anciana.Una vieja sirvienta como de 80 y tantos años le guío hacia los aposentos de la dama,en un ascenso interminable ,por cuatro pisos de escaleras,la mucama parecía sufrir de paranoia,pues cada dos escalones volteaba y clavaba en el doctor su mirada de iguana.Por fin salvando ya ésta escalación se encontró cara a cara con la señora Pietrasanta,quien emitió una voz quebrada y dulce---Ah doctor...doctor querido...por un momento temí morir antes de que vos llegaras...y sabés,me da terror morir de noche...y con éste frío...sabés yo quiero irme del mundo en un día soleado...y poder ver todo con claridad en mi camino al cielo...y no en la oscuridad...que vaya yo a estrellarme con alguna bruja...o me dispare un loco al confundirme con un pato.....----
---No,señora Pietrasanta ...no vamos a permitir que ésto suceda...a ver déme su brazo...---
El galeno inyectó a la paciente con un fuerte narcótico suavizado con opio con el cual pudo contemplar el cambio de expresión en su actitud, ir del dolor crucificante al más nirvánico
extasis.
`----Ya me había dicho mi hijo Carlitos que vos sós un genio,....con razón doctor usted atiende a presidentes y ministros...----
----Pero a nadie tan encantadora como usted....----
Y en éso que timbra el teléfono,y la señora viendo en la pantalla del aparato que llamaba su hijo Carlitos ,puso él audio en bocina para que todos pudiesen escuchar.
---Carlitos hijo...qué alegría...aquí ...con el doctor que vos enviaste...un ángel éste hombre...un angel de salvación,si le hubiese puésto a Michael Jackson lo mismo que me puso a mí...todavía viviése....---
Todos rieron con la ocurrencia de la dama,
---Mirá doctor...sós el hombre del momento ,no sé como agradecer que vos tomaste la molestia de ir hasta casa por mi madre....---
---No es molestia alguna ...muy por el contrario ,Carlitos ,un encanto conocer a su madre...---
---Mirá madre ...que el doctor me ha hecho el favor de llevarte la cena ...un tournedó con salsa de frambuesa al vino ajoso,para que cenés bien que estás muy flaca vieja...---
----Que lindo,Carlitos...pero ya tu hermana estuvo aquí hace rato...y me ha llenado de fruta y luego un té con vitaminas ...como dice ella remedios ayurvédicos....----
----Bien vieja...es mi culpa no haberte mandado la cena más temprano....pero es que estaba el local a reventar....pero si ya vos habés cenado madre...por favor ...no vayás a servirle el bife a mis hermanos que los hacés mas vagos...que se lo cene Victor....---
---Así será querido,ahora se lo sirvo a Victor...---
----Bien...vieja ....doctor ....que tengo trabajo y corto ahora ...ah,doctor vení mañana que habrá langosta con puré de mango...---
----Allá estaré Carlitos...eso no me lo pierdo por nada....----
Carlitos colgó la llamada,y la señora Pietrasanta pidió por una bocina que hiciésen venir a Victor
arriba para que cenase en compañía de ellos'
El medico preguntó:---Y Victor...es su esposo?---
---No,doctor,Victor es el perro.
FIN...para el placer de los lectores,ahora vienen unas historias,más ligeras y más cortas.Copyright de Carlos de la Parra.
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Amigo Carlos:
ReplyDeleteAnte todo, gracias por su amable visita a mi blog. En justa correspondencia, vengo y me encuentro con una historia muy amena, divertidísima y donde se demuestra eso que me decías de que 'todo es relativo'... O casi todo. Muy buena la sorpresa final.
Me apasiona leer, como te ocurrirá a ti (me figuro), y de cuando en cuando escribo alguna cosita, para divertirme, desahogarme o satisfacer esa pequeña o gran vanidad de escritor que tenemos todos los que andamos por este mundillo.
En fin, ha sido un placer leerte. Paso, pues, a agregar tu blog a la consabida lista de amigos y alguna vez me pasaré por aquí, si los quehaceres cotidianos no me asesinan más tiempo.
De nuevo, gracias.
Un abrazo