Por finales de los años 60,tuvo lugar un hecho insólito,el cual tengo el placer de narrarles,tanto a los aficionados taurinos,como a cualquier lector de relatos,aunque para no quebrantar una regla que atañe a la buena escritura del cuento corto,no considereis que comienzo con éstas palabras,sino con las que ahora siguen NOTA DEL AUTOR.Noviembre 5 2009.
----Míralo...es ése...el chalao...el que pudo ser un figurón del toreo...y ve que facha...con la cabeza rapada y de gafas oscuras...para ocultar lo mariguano o vete a saber que vicios lo han puesto así....quesque se metió de budista.o no se qué locura...y dejó lo del toro,pudiendo ser una estrella...---
Y todos éstos cuchicheos y algunos más pudieron ser escuchados por el hombre a quien se referían,y ahí él tranquilo sentado en su tendido de sombra;vistiendo un largo impermeable,e ignorando el chismorreo que todos traían en torno a él.Que aunque ya no toreaba,seguía de vez en cuando viniendo a la plaza de toros México,la más grande del mundo,a ver las corridas.Y así,ajeno a los comentarios de quienes nunca podrán comprender a quien renuncia a el dinero y la gloria,siguió ahí ,Fernando Sepúlveda,doctor en tauromaquia y matador de toros y reses bravas,esperando a que soltaran al primero de la tarde,y cuando ésto aconteció,los espectadores le dejaron en paz y enfocaron su atención al toro,que al fin y al cabo era lo que habían venido a ver.Y entró con brío un precioso bicho de sangre Miura,de color dorado,patifuerte y cornialto, y fué directo a la capa,mostrando toda la casta que contenía éste ejemplar de una sangre que proviene de la noche de los tiempos,pero el niño a quien le había tocado en suerte,de inmediato demostró su miedo tirando capotazos descompuestos,y perdiendo la figura,se notaba a leguas que a éste chaval le habían hecho una mala pasada dándole la alternativa estando todavía muy verde,y ahora ahí estaba el pobre pálido como la leche y viviendo momentos de terror puro.Y Fernando sabía un rato acerca de ésto,pocas cosas en el mundo resultan más imponentes que un Miura cargando hacia uno,causando sentir con las pisadas como que te entra un terremoto por las suelas de las zapatillas.Pero aún siendo así, si uno se planta en el ruedo es para pararse ahí y cumplir con lo que el respetable vino a ver,que es arrimarse,y tirar unos trapazos con arte y temple,que por éso te pagan el sueldo,y el miedo hay que controlarlo al rezar,o lo que hagas después de vestirte de torero,pues ya en la arena tienes en tu vida el momento eterno y ahí se define quien eres.
Ahora el chaval que intentaba torear sin lograrlo,tenía ya dos bestias en contra,el toro y el público que lo abucheaba.Y Fernando Sepúlveda se dió cuenta de que el chico se estaba metiendo cada vez más en un terreno que sólo podría conducirlo a una cornada,que en el mejor de los casos le daría una estancia en el hospital,pero en el peor únicamente dejaba dos avenidas,o el cementerio o en la lisiadez.
Y ahora recordó a donde había visto a éste joven anteriormente;el chico que no llegaba a los veinte,era parte de una pandilla de aspirantes a torero que entrenaban todas las mañanas en un parque donde en ocasiones ,el también entrenaba tirar unos muletazos frente a un toro simulado por unos cuernos con que le embestía alguno de los maletillas,para regocijo de todos éstos principiantes quienes coreaban los olés y se sentían tocados por la luz de la estrella del toreo que él era.A él le causaba cierta gracia la admiración que los muchachos le profesaban al derrochar éstos muletazos de arte en el entrenamiento,pues tenía bien presente que éstos lances sin toro no contaban,así cualquiera,el chiste era pegar el muletazo en la cara del bicho,y en ocasiones de rodillas,arriesgando recibir una cornada de espejo,así le llaman a un cuernazo en la cara pues lo recordarás cada vez que te pongas ante el espejo.
Recordó en especial que un chico de éstos le había preguntado:----Eh,matador,porqué no se deja usted venir temprano una mañana de éstas y entrena correr con nosotros?---
----Correr?....Y yo para que tengo que entrenar a correr si lo que voy a hacer frente al toro es quedarme quieto.-----
Este comentario fué celebrado por todos,y ahí quedó en el anecdotario.
Pero el instante que llevaba un rato inquietándole se presentaba ya.Y Fernando captó con claridad que había que actuar o el chavea se iba a convertir en carne molida,así que resorteó de su asiento y dejó a todos de una pieza,pues como relámpago se arrancó el largo impermeable,revelando que se encontraba totalmente desnudo,y que había ocultado bajo éste vestuario una muleta y una espada,y antes que alguien se pudiese recuperar de ésta sorpresa,en dos zancadas había saltado al interior del ruedo.Justo a tiempo atrajo la atención del animal llamándolo y citándolo con la muleta----Toro....toro!...aja bonito...---
Y el animal entendió a la primera...y entró con entereza a la muleta dando a ver a todos una estampa de arte taurino emocionante y surrealista,...OLE.....vino el grito de todos como una sola voz,y venga más ...OLE...OLE....y OLEEE...con cada trapazo....la fiesta había estallado y le sacó al cornúpeta todos los muletazos que aguantó entre menudo griterío,y para culminar arrojó la muleta y alzó la espada ceremoniosamente y puso a todo mundo en silencio citando a matar a cuerpo,,,,la embestida mantuvo a todos congelados....al tenerlo a justa distancia anguló el acero hacia abajo y la clavó un estocadón a volapié
que frenó en seco al burel...y ahí frente a su cara se hincó y alzó los brazos al cielo dando gracias por haber vivido éste instante de eternidad.Obvia decir que sobrevino la locura de todos los invitados a éste ritual que había sido un momento digno de los Dioses.Como le sucede a todos los espontáneos,fué arrestado,pero la gente acudió a la delegación de policía y pagaron su multa y fué llevado en hombros hasta su casa en el barrio de Narvarte.
FIN....y ahora unos relatos cortitos...lea y disfrute...comente.
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